13 de enero de 2011

¿Saben? Me di cuenta de algo muy fuerte, quizá. Me di cuenta, y me atrevería a decir que el 85% de la gente que me rodea, sufre por amor, incluyéndome. De una forma u otra, todos sufrimos alguna vez por amor. Y a todos nos encantaría poder conocer al amor de nuestra vida, en vez de andar sufriendo por intentos absurdos de encontrarlo. Pero así son las cosas, nacimos para sufrir, pero al fin y al cabo ser felices. Por que creo que no solo yo, sino que todos, tenemos la ilusión de encontrar a nuestro compañero, con el cual queremos pasar toda nuestra vida hasta los últimos días de ella. Ser felices, y comer perdices como en los cuentos. Aunque nada es así, en la vida real, para conseguir lo que queremos tenemos que caer, levantarnos, volvernos a caer, y aún así cuando las caídas sean miles, mirar hacia delante, y levantarse con la frente en alto. Y aunque las caídas duelan, levantarse es un placer si tenemos en claro, que algún día esta ‘‘búsqueda’’ va terminar, cuando encontremos la felicidad. Aunque cueste y duela… ¿Quién dijo que la vida es fácil? Pero que no sea así, no quiere decir que sea imposible.

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